Te conozco desde que tengo uso de razón, y siempre te he encontrado
hermosa, uno que otro raspón que al pasar los años se han vuelto
cicatrices que parecen imborrables, pero aún te encuentro bella. Me has enseñado lo que soy y todo lo que sé, contigo he vivido
cosas irremplazables que de poder repetirlas, sólo lo quisiera hacer
contigo y mil veces contigo, no me arrepiento de nada de lo que hemos
vivido juntas.
Pero como es costumbre, a las bellas les encantan los tipos malos, y
tú no eres excepción. Te encanta un hombre que te torture y destruya,
pero peor que tu fetiche extraño de ser torturada, es el de él de
hacerte daño, de poco a poco dejarte sola, ni tu propia familia te
quiere cerca, tus amigos que amaban visitarte ya nunca lo hacen.
Te hablo a ti, ¡explícame qué ganas haciéndole esto a ella que es
tan hermosa y tan única! De esas que desde el primero momento que la
ves, sólo piensa en amarla, de esas que quien conoce ama con locura.
¿Qué sientes al verla así, te sientes orgulloso de tus actos? ¿Te
sientes más poderoso que todos? Gran parte de sus heridas son culpa
tuya, y pareciera que en vez de amarla como dices hacerlo, sólo
quisieras hacerle más y más heridas. ¿Que no ves qué estás haciendo? La
estás destruyendo poco a poco, ha estado con cientos de hombres antes
que tú, pero eres tú quien más la ha desgraciado, le has robado todo lo
que tenía, todo lo que era, sólo se ven restos de lo que solía ser.
Tristemente para ti, habemos quienes aún la vemos bella; en mi caso
es porque sigo plenamente enamorada de ella, la veo con ojos de amor
eterno, pero admito que aún así percibo cómo la destruyes, y aunque
pierda su belleza, aquí estoy para seguir amándola, lejos o cerca de
ella siempre la veré hermosa y amaré con locura.
Ahora te hablo a ti mi bella, aunque esté lejos de ti, siempre te
amaré, quizás no es nuestro momento de estar juntas, pero sé que
volveremos a encontrarnos y volveremos a ser una, te lo prometo. Mucho
has hecho por mí, por lo cual no te quiero pedir muchas cosas, siempre
te agradeceré todo, me has cuidado desde que te conocí, me has
demostrado que el que quiere puede y que aún hay personas que lucharán
por un amor como el nuestro.
Te pido te cuides, cuídate de hombres como él, confía en ti y en tu
fuerza, vuelve a ser esa que no podía ver sin enamorarme. Llevo 18 años
enamorada de ti y parece nunca dejaré de estarlo. Ahorita te están
tratando de destruir, ¡no lo permitas! Vales mucho más que eso, quiero
que todos tus amigos cercanos y lejanos vuelvan a hablar de ti tan bien
como solían hacerlo, quiero que recuperes viejas amistades y que hagas
muchas nuevas.
Te pido, por lo que más quieras, no vuelvas a estar con
un hombre como él, y si llegase a pasar, prométeme que lucharás por ti,
por tu esencia y tu belleza. Yo te prometo que vuelvo pronto, con la esperanza de encontrarte
bella, como sólo tú solías ser. Bella, única y con un futuro brillante.
Prométemelo Venezuela, prométeme que te vas a cuidar en mi ausencia, no creas que porque me voy te dejo de amar.
Mi amor, nunca te dejaré de amar y te agradezco todo, pero no es tu momento ni tampoco el mío.
Espérame, yo te prometo que vuelvo por ti.
Para los que no lo saben, desde el 28 de diciembre estoy viviendo
en Miami. En mi caso no me fui sólo por el tema país, New York siempre
ha sido mi sueño, y comenzar mi carrera en Miami es lo que me permitirá
alcanzarlo. No sé cómo debo sentirme cuando más que tristeza por haberme
ido, siento un alivio intenso, siento una paz interna que realmente
necesitaba. Siempre he creído que por mucho que amemos nuestro país,
sentir que estamos en deuda con él por haber nacido aquí es absurdo,
muchos sienten que el irse es rendirse, no amar a Venezuela o no tener
identidad con el país, pero no es así.
Desde la edad de nuestros abuelos, estudiar en otro país siempre ha
sido un privilegio y una meta de muchos venezolanos, y creer que los
que se van es porque quieren escapar del país lo encuentro algo absurdo.
Vivir una nueva cultura y conocer la manera de funcionar de otras
naciones siempre te enriquecerá esté como esté tu país. La identidad que
tenemos con nuestra patria debería ser igual a la que tenemos con el
mundo. Somos ciudadanos del mundo, nacimos aquí, es nuestro deber amar
al mundo, conocerlo, ver sus pros y sus contras y vivirlo al máximo que
nos sea posible, tal como hacemos día a día con Venezuela, hay soñar más
allá de nuestros límites territoriales alcanzables. Sin embargo, creo que todo puede mejorar y que aún hay un rayito de
luz para Venezuela, sólo falta que se acabe esta tormenta que parece
infinita para que todo vuelva a ser tan bello como llegó a ser.
Me voy totalmente orgullosa de ser venezolana, de haber crecido aquí y con la seguridad de volver para que mis hijos también se enamoren de algo tan mágico como fue y volverá a ser mi Venezuela. Voy a permitirme y proponerme que cada meta y cada sueño cumplido en cualquier lugar del mundo, poner en alto el nombre de nuestro país para agradecerte por tanto, tú me hiciste quien soy y serás la base de quien llegaré a ser ¡Feliz año para todos!