sábado, 28 de junio de 2014

No es primera vez.


Estás en todas partes, en cada risa en un recreo, en cada clase e incluso en cada jubilada, en cada ensayo de un baile y en cada cosa verde que veo.
 
No es la primera vez que te extraño, tampoco la que te escribo y mucho menos la que te recuerdo.
 
No es la primera vez que me siento mal por no llorarte todos los días, tampoco la primera que pienso en cómo te molestarías si me vieras así, cuando tú y yo sabemos que cuando se trataba de estar juntas, el llanto era nuestra compañía más pasajera.

No es primera vez que me pregunto el porqué de las cosas, tampoco la primera vez que me quedo sin respuesta.

No es la primera vez que se me hace un nudo en la garganta al pensar cómo el tiempo nos ganó, tampoco la primera vez que pienso en cuánto habría dado por evitarlo.

No es la primera vez que me compro un CriCri y pienso en ti, tampoco la primera vez que sonrío recordando tus tonterías.

No es la primera vez que cambio de camisa sin que estés físicamente, tampoco la primera que cambio de entorno.

No es la primera vez que te siento con nosotros, tampoco la primera que te cuento como otra de mis mejores amigas que tengo.

No es la primera vez que te necesito, tampoco la primera que pienso en cuánto falta para volver a vernos.
Muchas cosas no han vuelto a ser primeras veces desde ya hace casi cuatro años, pero todas las veces que se han repetido han tenido el mismo valor que la primera vez. Sólo mueren las personas que se olvidan, por eso no me preocupo, porque sé que estás aquí siempre, porque estoy a poco de graduarme y no quería hacerlo sin recordarte que siempre estás en mí y en cada uno de nosotros, este año tú estarás sentada junto a mí a la hora de buscar el título, estaremos sentadas juntas en la misa, estaremos en el mismo carro en la caravana y sé serás la más linda de toda la fiesta.
Porque aunque muchos no lo crean, desde primer grado hasta octavo fuimos mejores amigas en físico, luego comenzamos sin querer una etapa distinta, una etapa difícil que le doy igual valor que le di a toda nuestra infancia juntas. Confío plenamente que lees esto y lloras como yo, confío plenamente en que todo se resolverá y que serán muchos los años que duraremos manteniendo esta amistad extraña para muchos, pero única para nosotras.
Hace ya unos años que te escribí El tren de por vida, y estoy segura que no lo olvidas, lo releo años después y sigue teniendo el mismo significado, y me gustaría cerrar esta entrada como cerré la primera que te hice:
Siempre quedan los recuerdos, siempre serás la parada del tren que más disfruté, la que más extraño y la que estoy segura que al final del viaje volveré a visitar.
Eras la que más disfrutaba, eres la que más extraño y serás la que nunca olvide.
Gracias por todo y disculpa. 
a ti Andrea, mi parada favorita.
27.06.96 - 15.02.11”
 No es primera vez que digo que tengo abandonado el blog al final de una entrada y que lo quiero volver a retomar, digamos que vuelvo a decir lo mismo y que ahora que mi vida dará un giro importante, lo veo más posible. Gracias por leerme.